En los últimos meses se han registrado cambios importantes en el mundo laboral. Desde inicios de la pandemia los análisis reflejaban que las mujeres pertenecían a un sector que se vería duramente afectado por la crisis sanitaria. Un estudio presentado por la organización Internacional del Trabajo (OIT), manifestaba que en Guatemala el 70.4% de las mujeres trabajaban en sector terciario uno de los sectores más golpeados derivados del distanciamiento social y los cambios en las estructuras de trabajo de la presencialidad al modelo virtual.
Las madres trabajadoras se enfrentaron al cierre de escuelas y centros de atención, lo que modificó su agenda, incluyendo nuevas tareas de cuidado, educación en el hogar y actividades domésticas, que se superponen en los horarios destinados a las funciones laborales.
“Las madres asumieron gran parte de las responsabilidades de cuidados en el hogar, equilibrando a su vez las tareas laborales a distancia o híbridas, esto sin duda genera un alto grado de estrés. Tan solo en Estados Unidos, 1 de cada 3 madres trabajadoras consideraron dejar su empleo o poner un freno a su carrera profesional debido al Covid-19. Esto se ha convertido en una de las tendencias para el 2022, donde muchas mujeres a nivel global están abandonando la fuerza laboral a un ritmo alarmante”, comenta Andrés Soto, Gerente General de ManpowerGroup de Centroamérica y el Caribe.
Un estudio presentado recientemente comparte que el 51% de las mujeres son menos optimistas acerca de las perspectivas de su carrera que antes de la pandemia y el 57% planea dejar su trabajo actual en aproximadamente 2 años.
Ante esta problemática, el directivo de ManpowerGroup reflexiona sobre la importancia de acelerar el involucramiento de la mujer en las carreras STEM: “uno de los principales cambios que debemos realizar como región es apoyarlas para que ellas se interesen por las carreras del futuro, involucrándolas en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) que aporte a su cualificación y eliminar, a su vez, los techos de cristal que impiden su progreso y promoción laboral”.
Es importante que las empresas reconozcan el conflicto que viven las madres que trabajan y los diferentes retos que enfrentan en la búsqueda del balance entre la vida laboral y familiar. Los cambios tecnológicos y los nuevos modelos administrativos permiten que los empleadores puedan ofrecer facilidades que se basan en los resultados, aportando beneficios reales a las mujeres con hijos, que se traducen en mejores resultados en los objetivos de negocio, obteniendo en efecto talento más comprometido y enfocado.
Además del rol de los empleadores, las madres que trabajan deben contar con un círculo de apoyo que incluya a los padres, familiares cercanos, amigos y compañeros de trabajo. Mientras más personas sean conscientes del valor que genera las madres trabajadoras alrededor del mundo, más fácil será eliminar los sesgos aportando a un crecimiento individual que se traduce en mejores sociedades y economías globales.
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