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La GALERÍA ABIERTA DE CAYALÁ despide el año presentando los NEOMURALES

La Galería Abierta de la Fundación Rozas-Botrán, en Paseo Cayalá, continúa la presentación de los murales a cielo abierto del 15 de diciembre al 24 de enero. En muchos países, exhibir el arte visual al aire libre es una tendencia que le encanta al gran público que camina por la ciudad. Es un medio ideal para que los artistas hagan accesible su trabajo.



La arquitectura de muros portables es un espacio transitable, habitado por pinturas de gran formato que ofrece una fiesta de color a los caminantes. Este sistema fomenta el arte, democratiza su acceso y procura el entretenimiento de niños, jóvenes y adultos.


En esta oportunidad presentamos a tres destacados artistas: Andrea Paola Castillo, colombiana, Geovani Batz y Mario Girón, guatemaltecos; los tres vecinos de esta ciudad.


Paola, autora de Eterna, representa el ser en armonía que descansa en su realidad, en medio de su historia. Está realizado en óleo con una base acrílica que da vigor al color, favoreciendo el contraste y donde la luz y la oscuridad se definen no solo en el aspecto visual sino también en el aspecto simbólico.


Paola expresa que, desde hace más de 20 años, la pintura ha girado en torno a su propia imagen, directamente vinculada con el “cautivante y complejo hecho de ser mujer.” La maternidad, el desarraigo, la música, los ciclos y el silencio detenido en lo inesperado.


También declara que “cada mujer que pinta representa algo en ella, esperando esa sorpresa que acompaña la técnica, el momento, los sentimientos, la paleta de colores o la música, terminando siempre en la contemplación de la imagen.”


La obra de Paola Castillo se caracteriza por el uso constante de un repertorio de elementos figurativos, sintetizados a su manera. Tal es el caso de la figura femenina, las casas que la acompañan y la sutileza de los colores de la paleta que emplea.


Geovani rinde tributo a los ancianos que con sabiduría comparten su experiencia. Las flores del abuelo está hecho para valorar nuestra estadía en la vida, este tiempo que ahora nos pertenece y que Geovani ha encapsulado a través del arte, invitando a imaginar.


La naturaleza es parte fundamental en nuestra existencia y las flores, además del colorido, nos trasmiten energía. En este fragmento que encapsulé, dentro de una pintura, es un testimonio vivencial y legado generacional de ancestros.


Yo tuve una experiencia de vida con mi Abuelo Sebastián, quien todas las mañanas me decía que cuidara de las flores y que siempre las regara. Puedo decir que aprendí a regarlas, pero nunca imaginé hasta dónde llegaría el concepto de cuidar de ellas.


Antes de la pandemia, con mi familia, conocimos a una pareja de abuelitos vendiendo flores en las calles de Totonicapán. Nos hicimos amigos y cada vez que cosechaba flores, el abuelo nos visitaba y nos llevaba cartuchos. Un día, su esposa nos contó que falleció hace dos años. Ella aún llega con alegría a dejar las flores. El abuelo se llamaba Felipe, tenía 92 años.


Esta obra es un tributo a los ancianos que con sabiduría nos comparten su experiencia. En el centro, aparecen dos cartuchos rodeados de una algarabía de colores y elementos que representan a los abuelos, entre ellos, juguetes de infancia y trenzas serpenteando con alegría, que nos invitan a festejar la vida. Esta vida que es una sola, a pesar de todas las otras experiencias que son parte de ella.


La obra está hecha para valorar nuestra estadía en la vida, este tiempo que hasta ahora nos pertenece, para tener la oportunidad de encapsularlo a través del arte, claro que desde mi experiencia, pero también como una invitación a la imaginación. (Geovani Batz)


Mario Girón, de manera sintética y precisa, nos da una cátedra de creatividad a partir del poema La luna, de Jaime Sabines, con la obra Plenilunio. Conjuga las palabras y las formas, el color y las líneas. Juega y sigue jugando para interpretar los versos de Sabina con imágenes y colores.


Mario Girón es un acuarelista que maneja las transparencias de forma rigurosa y respetuosa de la disciplina. Ganó el primer lugar en el certamen nacional de pintura “Arturo Martínez”, de Quetzaltenango (2001), y el segundo lugar en el certamen de pintura de la Sociedad Dante Alighieri (2002). Ha recibido premios en el Salón Nacional de la Acuarela.


En las obras de Girón se manifiesta el manejo incuestionable de la línea y la creación de volúmenes a través de la perspectiva y el claroscuro. En esta obra, el artista capta sutilmente el esplendor del satélite cuando refleja sin obstáculos la luz del sol para iluminar un intrincado paisaje urbano.


Jose Rozas-Botrán, Presidente de Fundación Rozas-Botrán puntualizó “Agradecemos la colaboración de los artistas que colaboran con este programa. Saben que alimentan el espíritu de cada persona que se detiene ante las obras para entablar una relación directa con el arte”.

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